En esta época es bastante difícil imaginar el poder absoluto que los reyes y reinas alguna vez ejercieron sobre sus súbditos. En muchos sentidos, estos monarcas se parecían más a los dictadores modernos que a los regentes que conocemos hoy. El asesinato era a menudo un medio para un fin político, mientras que los crímenes pasionales rara vez tenían consecuencias inmediatas.
Ya sea por violentos accesos de ira o por frío cálculo, estos reyes se aseguraron de que las páginas de los libros de historia que se les dedicaban estuvieran escritas con sangre, pero ¿Cuál de ellos se lleva la corona como el más mortífero?
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